lunes, 28 de noviembre de 2011

Volver ~

Dios le decía: "Te conozco más de lo que pensás... te conozco desde que el mundo no era mundo, y desde que el tiempo no se había empezado a contar..."
Ya habían pasado años... Ahora yo brillaba con una luz increíble, resaltaba entre la multitud, y llamaba la atención sin parar. Cada palabra que decía era escuchada, cada lágrima secada, cada sonrisa compartida y admirada. Todos sabemos que esa luz trae consigo también la envidia de la gente, la soberbia mía, la soledad...
Y Molly había empezado a desaparecer. A hacerse invisible en mí. Pero una piedra apareció en el camino. La gente me empezaba a ver como mero objeto, y ella apareció para sacar esa que parecía muerta en mí...
Tenía el cabello del color del oro, y los ojos del color del mar, pero ella valía más que el agua y el oro juntos... ♥ ~