sábado, 6 de junio de 2009

Equilibrio (segunda parte)

A Molly le preguntaban siempre cuál era su mayor decepción, y ella respondía con cierta soberbia: "Hombres". Pero no era que el sexo opuesto en general la decepcionaba, sino varios de los hombres que pasaron por su vida... ¡Cuántos errores has cometido en tu vida, querida! Desde el egoísmo puro, hasta el elegir mal.
Hoy le pegaron, no literalmente, pero se podría decir. Por un lado se lo merecía (aunque ella tenía bien en claro sus defectos). Realmente ahora sí empezaba una nueva vida... Sin embargo, no puede dejar de pensar que en su vida pasada, alguien le guarda rencor. En su vida nunca hay un bueno o un malo; nunca hay un ganador y un perdedor; nunca hay una víctima y un victimario; simplemente hay dolor...
Dolor que se acumula con historias pasadas (podrían ser su sobrepeso en la infancia, la no aceptación de sus compañeros, las torturas psicológicas de su padre, algún que otro problema económico, peleas, competencias, baja autoestima, autoexigencia exagerada). Nadie dice que ella no haya superado esas cosas, sólo digo que cuando se siente un dolor muy fuerte, de esos de lágrimas por litro, todo resurge para hacer sentir a uno que su vida es un desastre...
Pero el peor día de nuestras vidas, sólo dura veinticuatro largas horas. Al día siguiente el sol sale de vuelta, ya se puede ver que se acerca algo mejor, y el mundo se ve color de rosa.
¡No envidies, Molly! Que algún día te va a tocar la misma buena suerte que a los demás, y no querrás que te envidien... Progresá, crecé... yo voy a estar para que no sientas culpa. Porque es siempre lo mismo: Molly extraña, Molly se siente culpable, Molly se arrepiente, Molly entiende, Molly perdona, Molly pide perdón, Molly lo ve todo triste, Molly piensa en los demás, Molly es impulsiva, Molly ama, Molly odia. Yo recuerdo, pienso en el mañana, controlo los impulsos, pienso antes de hablar, digo lo que pienso, no lo que siento, puedo ser hiriente, pero siempre pensando en mi bien. Así mantenemos el equilibrio. No nos culpen, seguro que nada lo hacemos por maldad.

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